domingo, 15 de abril de 2012

ARTES DE PESCA DE CONIL: LA JÁBEGA


LA JÁBEGA

Preparando para salir a calar (hacia 1963)

Hoy, vamos a comentar y a saber un poco más de este arte de pesca tan ligado a la historia de Conil. Cuando intento ordenar la información que he recopilado para publicarla, se me viene a la cabeza las muchas veces que de pequeño tuve, de ayudar a la pesca más popular que a mi juicio, en su historia conoció Conil. Recuerdo tantas tardes, cuando aún era un niño, como mi padre, pescador de toda la vida, me llevaba al “lance”, para que “me fuera acostumbrando”. Que buenos ratos pasé con mi padre y mi abuelo Bartolo en la playa de Conil. Casi siempre en el barquillo Joven Carmen.
Los orígenes de la Jábega en Conil son muy antiguos, pero los primeros testimonios escritos datan del siglo XVII.
  En la imagen, la jábega "Juana Cifuentes" (hacia 1919), conocida popularmente en Conil, como jábega "La Parrala".

 HISTORIA

La primera noticia que tenemos es una Ordenanza sobre la pesca de jábegas en Conil de 1688, procedente del archivo ducal de Medina Sidonia. Esta y otras ordenanzas locales quedaron englobadas en Ordenanzas generales de mayor rango, con extenso y minucioso articulado, relativo al sorteo de lances, normas y sanciones, personal y relaciones mutuas entre armador y pescadores. Dichas ordenanzas, adaptadas a las distintas playas, estuvieron vigentes hasta el siglo XIX y constituyen el precedente inmediato del Reglamento de jábegas de Conil de 1920.
A fines del siglo XVIII había en Conil 12 barcas de jábega corrientes, además de otros artes playeros (lavás y redapiés). Cada jábega podía dar empleo a 20-22 pescadores, entre marineros y terrestres, que sumarían unos 250 hombres. La jábega era en Conil el arte de pesca de mayor importancia social y, sin duda también, el de mayor peso económico (exceptuadas las almadrabas), por volumen de capturas y valor de la pesca, dando también trabajo a una numerosa arriería dedicada en buena medida al transporte de la pesca a otros pueblos y ciudades costeras y del interior. Así siguió siendo, con altibajos, durante el siglo XIX en el distrito pesquero de Vejer y Conil, donde se documentan también otros artes playeros como boliches y tarrayas.
En Conil, los patrones de jábega fundan en 1917 el Pósito Pescador e intentan mantener la pesquería de jábegas en circunstancias adversas. Tras la guerra civil hay un repunte de esta actividad tradicional, y en Conil continúan pescando 10 ó 12 jábegas, pero desde los años 60 su decadencia es ya irreversible hasta su prohibición en 1982.

 Tirando de la jábega (hacia 1963)

DESCRIPCIÓN

.- La jábega es una red de grandes dimensiones compuesta por un copo y dos bandas. El copo o saco en donde se acumula el producto de la pesca está formado por diferentes paños de red (caja, cajeta, corona y capirote), cuya luz de malla va siendo menor conforme se llega al final del arte; las bandas constan de varias partes, de malla progresivamente más clara desde la boca a los extremos (batidero, alcanela, cazarete, rigal y claro). En los extremos de las bandas las relingas de corcho y de plomos se unen formando un calón, al que se aplican las betas de cuerda que sirven para tirar del arte. En Conil se pescaba sobre todo la sardina, el arte llevaba más corcho y menos plomo que en otros lugares.
La barca de jábega de Conil tenía entre 7 y 8 metros de eslora, con la proa muy alta, y la roda de proa muy saliente, al menos 60 cm sobre la borda, para evitar que el proel cayese al agua; y, como en otros puertos, carecía de palos, velas o timón, pues se gobernaba por un remo, dedicando buena parte del hueco del barco al arte y cuerdas. Cuando la embarcación iba a salir a pescar, colocaba un remo en pié y sobre él un cesto o morrón, lo que indicaba que necesitaba gente para ayudar a tirar del arte.
La jábega se cala sobre aguas muy someras y de fondos carentes de rocas, de forma que el peralto o altura de la red sea igual o mayor que la profundidad de faena. La forma de faenar consiste en cercar un cardumen de peces, o barrer un área específica de la costa. Para ello la red se dispone a bordo de la embarcación, que se aleja de la orilla a remo, dejando el extremo de uno de los cabos de tiro en tierra, sujeto por uno de los pescadores. La embarcación se adentra en el mar soltando cabo hasta llegar al lugar conveniente, en donde comienza a largar la red formando un semicírculo, volviendo a la playa para soltar el segundo cabo. Al llegar a tierra, en un punto distante algunas decenas de metros del de partida, un número de pescadores, que varía dependiendo del tamaño del arte, comienzan a tirar de cada uno de los cabos, ayudándose de un “estrovo” (cinturón que se colgaba en bandolera sobre el pecho, en el extremo rematado por un trozo de corcho, y que facilitaba el arrastre del arte hacia la orilla. La duración del lance suele ser de entre una y dos horas y el número de pescadores de unos 20, 10 por cada banda.
Los sistemas practicados de pesca con jábegas fueron a la vista y al lance. El primero de ellos como resultado de las capacidades visuales del proel, que de pié en la proa de la embarcación buscaba el movimiento de la pesca en superficie. Otra posibilidad para la pesca a vista era ubicarse en atalayas y zonas altas de la costa, desde donde poder apreciar el movimiento de los cardúmenes. La otra modalidad para la captura de especies pelágicas era la pesca al lance o al bulto. En este caso, el reglamento para la pesca de jábegas de Conil de 1920 es un excelente documento para apreciar el sistema de turnos y las pesqueras o lances aprovechables, que eran siete (Las Cuevas, Levante, Estroqueo, Poniente, Espesura, Gallarín y Mojoso). Había también otros cinco lances más cortos (La Mata y Contramata, Enmedio, La Araña y Los Moros) que servían de complemento. Dice Benigno Rodríguez Santamaría que este reglamento podía servir de ejemplo para esta clase de pesca, por estar muy bien escrito y porque contiene reglas muy acertadas que impiden toda clase de abusos.
Históricamente, la pesca de jábegas se ha realizado al comienzo de la primavera (parando en mayo-junio por calarse la almadraba), y principalmente entre julio y noviembre, cogiendo principalmente sardinas, aunque también otras especies como boquerones, brecas o jureles.

BIBLIOGRAFÍA

-RODRIGUEZ SANTAMARÍA, B. (1923): Diccionario de artes de pesca de España y sus posesiones. Rivadeneyra, Madrid.
-SANTOS GARCÍA, A. : “La pesca en el distrito de Vejer y Conil a mediados del siglo XIX“ (2002, Boletín 8 SVAP), y “La pesca de jábegas en Conil, 1688-1800” (2003 Laja 2).
-FLORIDO DEL CORRAL, D. (2004): “Los pescadores conileños a lo largo del siglo XX” Boletín La Laja nº 4.
-Catálogo de Artes, Aparejos y Utensilios de Pesca del Litoral Andaluz (2003). Consejería de Agricultura y Pesca, Junta de Andalucía.

 Al igual que estos pescadores malagueños, tiraban de la jábega en Conil.

 Otro lance

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